A lo largo del blog he analizado los problemas que enfrentan los migrantes al atravesar el territorio mexicano pero ¿qué sucede cuando los migrantes logran su objetivo y llegan a los Estados Unidos de America? es decir ¿qué pasa con los que lo logran?
Luis Escandon Rabadán del Colegio de la Frontera Norte analiza un término muy acertado que es la relación "migrante-derechos humanos", describe lo que es la vida tanto laboral como social de un inmigrante en suelo americano.
Resulta muy interesante la forma en que los migrantes forman asociaciones cívico-sociales y así encuentran un sentido de pertenencía dentro de un país con el cual casi no comparten rasgos culturales ni tradiciones.
Con respecto a los derechos humanos dichas sociedades son una excelente forma de ayuda y apoyo para denunciar los maltratos recibidos, aunque según Escandon estadísticamente son muy bajos ya que en EEUU es penalizado, sin importar su calidad migratoria. Es un país donde se tiene claro que los derechos son intrínsecos del ser humano.
Estas asociaciones sirven para generar una forma de cooperación entre los inmigrantes lo cual beneficia hasta sus lugares de origen cómo lo es el ejemplo de este migrante de Pegueros, Jalisco:
“Al principio, la
gente de Pegueros nos juntábamos seguido para algunos eventos,
en
especial para los eventos deportivos... Yo llevaba a mi familia a los juegos de
fut
y de beis
en donde yo jugaba, y la mayoría de los jugadores hacía lo mismo; y no
eran
solamente nuestras familias, había mucha gente que venía como espectadores,
porque
adonde quiera que íbamos éramos los que más porra llevábamos. Y fue
a partir
de reunirnos en estos eventos deportivos que se nos ocurrió formar una
asociación
que sirviera también para otros fines, sobre todo para hacer frente a las
necesidades
de nuestra gente en Pegueros. De hecho, nuestro primer proyecto
fue
la donación de una ambulancia a nuestro pueblo.”
Es impactante e inspirador como a pesar de lo que han pasado estas personas logran salir adelante con un optimismo envidiable.